Entre los protagonistas más temidos del cine, los Velociraptor de Jurassic Park tienen muy poco en común con sus antepasados prehistóricos. Las criaturas que infundían terror en la gran pantalla medían casi tanto como un ser humano; sus homónimos reales, en cambio, no superaban el tamaño de un pavo (para citar al niño insolente de la primera película). Entonces, ¿por qué en los libros y las películas los vemos tan grandes?

3 de julio de 2006
Autor: Matt Martyniuk
Imagen Wikipedia
Si piensas que los Velociraptor de Jurassic Park son reales, tenemos un problema
Este dato sorprendente surge de los estudios paleontológicos sobre los primeros fósiles descubiertos en los años ’20 en el desierto del Gobi. Pero entonces, ¿cuál es la fuente de inspiración para esos depredadores cinematográficos de tamaño inquietante?
La respuesta se encuentra en el Deinonychus, un primo significativamente más grande perteneciente a la misma familia de los Dromaeosaurios. Ashley Poust del Museo de Historia Natural de San Diego establece una distinción inequívoca: «Un Velociraptor lo podrías alejar con una patada; un Deinonychus sería tan peligroso como un tigre«
La garra curvada, elemento distintivo hecho icónico por la saga cinematográfica, sigue siendo el centro de debates científicos sobre su función real. Las hipótesis varían: ¿herramienta para inmovilizar presas? ¿Arma para escalar el lomo de animales más grandes? ¿Adaptación para trepar árboles? Esta discusión demuestra cuánto queda por descubrir sobre estos fascinantes depredadores y cuánto de lo que sabemos (o mejor dicho, lo que nos muestran) no es toda la verdad.

Pasemos a otra característica: la dieta y la caza. ¿Es cierto que cazaban presas en grupo? Los hallazgos de dientes de Deinonychus alrededor de esqueletos de herbívoros más grandes sugieren que más ejemplares se alimentaban de la misma presa.
Sin embargo, esto no confirma necesariamente una estrategia de caza coordinada. Podrían simplemente haber compartido carroñas ya presentes. La ciencia, a diferencia del cine, requiere pruebas más sólidas.

8 de octubre de 2017
Fuente Wikipedia
Autor: Fred Wierum
Otro aspecto descuidado por la representación hollywoodense es el plumaje. Los fósiles revelan claramente estructuras similares a plumas, sugiriendo un aspecto más cercano a un ave depredadora que a un reptil. Algunas especies, como el Microraptor, mostraban incluso coloraciones iridiscentes o matices vivos, muy alejados del gris verdoso cinematográfico.
Además, los Dromaeosaurios se extinguieron hace unos 66 millones de años, pero su patrimonio genético persiste en las aves modernas, con las que comparten la misma rama evolutiva. Podrían haber sido más animales de aire que de tierra…quién sabe. Una cosa es cierta: un progenitor de los dinosaurios nació hace algunos años, pero miedo ciertamente no infunde.